¿Cómo cuido mi piel en verano?
Con la llegada del verano, una de las partes de nuestro cuerpo más expuesta y vulnerable es la piel. El sol, la humedad, la sal del mar o el cloro de las piscinas pueden dañar esta zona tan sensible que requiere de cuidados especiales. Es el órgano más grande de nuestro cuerpo y se debe mantener en un estado saludable, es esencial entender que la piel se cuida desde dentro, no solo con lo que le aportas, sino también con lo que evitas.
Hace mucho tiempo comprendí que las manchas en la piel y las células malignas no se debían exclusivamente a la exposición al sol. En realidad, de acuerdo con la teoría del yin y el yang, el sol es muy yang y atrae hacia la piel el yin, especialmente el yin de los azúcares simples. Estos carbohidratos simples son atraídos hacia la superficie de la piel carbonizándose. Es por lo que un alto consumo de bollería refinada y azucarada: golosinas, refrescos azucarados, helados elaborados con lácteos y azúcares de cadenas moleculares cortas… convierten a la piel en un mapa de manchas, lunares, verrugas y demás alteraciones cutáneas llegando a la malignidad.
Para conservar una piel sana es necesario un aporte completo de vitaminas.
Para conservar una piel sana es necesario una dieta equilibrada y un aporte completo de vitaminas que son el alimento vital. La vitamina D, por ejemplo, se fabrica a partir de tomar el sol de 10 a 15 minutos, en horas prudentes, cuando el sol no está en todo su fulgor. Esta ayuda a reducir las manchas oscuras, enrojecimiento, arrugas, sequedad excesiva y demás imperfecciones. La absorción de vitamina D a través del hígado y los riñones y su transporte a lo largo de todas las células orgánicas contribuye a reducir la psoriasis. En una dieta vegana la vitamina D, a parte de la que conseguimos del sol, se puede obtener de las nueces, semillas, orejones secos , setas y champiñones, shiitake y maitake entre otros.
Otra vitamina clave es la vitamina C. Esta se encuentra en niveles altos en la epidermis (capa externa de la piel) y en la dermis (capa interna de la piel). Tiene propiedades antioxidantes e interviene en la fabricación de colágeno que ayuda a mantener la piel sana. Por esta razón, se encuentra en muchos productos antienvejecimiento para el cuidado de la piel. Esta vitamina puede ayudarnos a detener los signos del envejecimiento debido a su papel vital en la síntesis natural de colágeno del cuerpo. Ayuda a sanar la piel dañada y, en algunos casos, reduce la aparición de arrugas. Además, repara y previene la piel seca. Aunque se tiene la idea que la vitamina C solo está presente en frutas y cítricos, cabe destacar que se encuentre en grandes cantidades en verduras como el brócoli, en fermentos como el chucrut y en las ciruelas de umeboshi.
La vitamina E es un antioxidante cuya función principal en el cuidado de la piel es protegerla contra el daño solar. Normalmente, el cuerpo produce vitamina E a través del sebo, una sustancia aceitosa que se excreta a través de los poros de la piel. En el equilibrio correcto, el sebo ayuda a mantener la piel acondicionada y evita la sequedad. La vitamina E también ayuda en el tratamiento de la inflamación de la piel. Esta también está presente, en grandes concentraciones, en todos los aceites vegetales, así como en los frutos secos, en frutas como el aguacate y en los cereales integrales en grano.
La vitamina K es esencial para ayudar al proceso de coagulación sanguínea del cuerpo, que ayuda a la cicatrización de heridas, contusiones y áreas afectadas por una cirugía, por ejemplo. También ayuda a mejorar estrías, varices, cicatrices manchas oscura y ojeras. Se puede encontrar en la col rizada, repollo y judías verdes y en grandes concentraciones en el natto miso.
Y finalmente vamos a incluir en nuestra batería de vitaminas indispensables para la piel a la vitamina A. La piel está formada por varias capas de células superpuestas: comienza a formarse desde la capa más profunda y las células van migrando hacia la capa más superficial para desprenderse y caerse.
La vitamina A interviene en la formación y regeneración de las células, y repara aquellas células que resulten dañadas. Todas las células de la piel dependen de la vitamina A para su multiplicación y descamación. Este proceso de renovación mejora visiblemente el estado y apariencia de la piel. Además, mejora la elasticidad. La piel envejecida prematuramente se regenera y contribuye a tener una piel con apariencia más suave y uniforme. Dicha renovación celular resulta muy útil cuando tenemos la piel seca y deshidratada.
Por este motivo la vitamina A participa en varias funciones esenciales del organismo entre las cuales está incluida una fundamental para la salud y equilibrio dérmico: la hidratación de la piel. El alga nori, las zanahorias y las hortalizas de color naranja son fuentes de vitamina A. Cuando la piel presenta daños por causa de un exceso de sol o una dieta desequilibrada y con una ingesta grande de azúcares simples, normalmente se manifiesta en manchas oscuras, el vinagre de arroz aplicado en horas nocturnas o no expuestos al sol, contribuye a la desaparición de dichas manchas. La piel necesita mineralizarse, es por lo que el aceite de sésamo es utilizado tradicionalmente no solo para proteger la piel y el cabello si no también como aceite reparador y nutritivo.
Recetas que ayudarán a una piel perfecta en verano
Tartar de alga nori
Ingredientes:
3 zanahorias
1 limón
3 hojas de alga nori
Veganesa
2 cebolletas
Cilantro
Tortitas de maíz
Elaboración:
1. Licuar 2 zanahorias y separar el zumo de la pulpa, reservar.
2. Triturar las algas nori con el zumo de los limones y reservar.
3. Cortar la cebolla en trozos pequeñitos.
4. Mezclar la pulpa de la zanahoria con el alga nori y la veganesa.
5. Incorporar la cebolla.
6. Servir sobre tortitas de maíz.
Judías verdes agridulces
Ingredientes:
Un manojo de judías verdes
Un chorrito de aceite de sésamo
Puré de umeboshi
Sirope de arroz
Elaboración
1. Cortar en diagonales finas las judías.
2. Calentar un wok o similar.
3. Añadir el aceite de sésamo.
4. Saltear las judías con una pizca de sal.
5. Mezclar el puré de umeboshi con un poco de sirope de arroz y agua.
6. Añadir la salsa a las judías y saltear un par de minutos más.
Artículo escrito por Patricia Restrepo, directora del IME y consultora macrobiótica.